Notas editoriales

Antes de la pandemia de Covid-19, el aeroespacial se estaba consolidando como un sector industrial con crecimiento excepcional en México, pues de 2004 a 2019 registró más de 14% de crecimiento anual, en promedio; y contaba con una plantilla de más de 60,000 empleados en 19 de los 32 estados del país, y recuperar esos niveles podría tardar un par de años más.

Entre los productos y servicios que ofrece en nuestro país, destacan componentes para sistemas de propulsión, aeroestructuras (sheet metal), interiores de aeronaves, sistemas eléctricos y electrónicos, maquinado de precisión, partes plásticas, ingeniería y diseño, así como servicios de MRO (siglas en inglés de Mantenimiento, Reparación y Revisión), por mencionar algunos.

La industria aeroespacial trata del diseño, manufactura y
mantenimiento de aeronaves que operan en la atmósfera
terrestre y fuera de ella, y no debe confundirse con sectores como aeronáutica, aerotransporte ni aviación.

De acuerdo con lo expresado por Luis Lizcano, presidente ejecutivo de la Federación Mexicana de la Industria Aeroespacial (FEMIA), durante la charla “Tendencias y oportunidades post-pandemia en la industria aeroespacial”, en 2019 el pronóstico para 2020 comenzó a afectarse por la puesta en tierra del Boeing 737 MAX y se vislumbraba una potencial caída de demanda por la epidemia que comenzaba en Asia.

Sin embargo, cuando llegó el nuevo año, el 737 MAX dejó de producirse y la epidemia resultó ser una pandemia global que trajo diversas afectaciones –que ya conocemos– y además paralizó el tráfico de pasajeros en todo el mundo.             

En este sentido, el tráfico aéreo cayó 91% en 2020, en comparación con el año anterior. “Es difícil mantener un negocio que vende el 9% de lo que vendía anteriormente”, señaló el directivo.

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Por ello, la industria tuvo que ajustarse ante la reducción de la producción, paros técnicos, cancelación y retrasos de pedidos, despidos y situaciones similares.

Esto, sumado a que en México no era considerado como sector esencial, causó grandes estragos en el sector.

A consecuencia de ello, al cierre de 2020 las exportaciones cayeron 31.8%, en comparación con lo registrado en 2019. No obstante, al cierre del siguiente año, es decir, 2021, este indicador solo creció 2.3 por ciento.

En el primer trimestre de este año, puede notarse un arranque lento pero más avanzado que el que se percibió en 2021.

“En marzo hubo un repunte muy importante y eso es lo que estamos esperando para 2022, ya sea hacia el segundo semestre del año o hacia el primer semestre del año que entra, un latigazo en la demanda, pero eso depende de cómo se comporte el mercado de aviación mundial en el verano”, agregó el ponente.

Como comentó Lizcano, pese a que el arranque de año fue lento, se estima que el crecimiento de la balanza comercial sea de doble dígito y se acerque a los 8,000 millones de dólares.

En este sentido, el sector espera que la recuperación de los niveles de crecimiento prepandemia se obtenga en 2024.

Tendencias de oportunidades y retos post-pandemia
Se presume que la industria aeroespacial, a nivel global, estará enfrentándose a varios retos en esta época post-pandemia.

Hilo digital y manufactura eficiente. Se refiere a conectar todo el proceso del producto desde su concepción, buscando que los datos permitan una buena retroalimentación para obtener mejores productos.

“Las empresas de México necesitan identificar y subirse a este tren de la Industria 4.0 y del hilo digital, y de ver cómo eficientar sus operaciones para que puedan llegar a competir con el resto del mundo”, señaló el presidente de FEMIA.

Cadena de suministros. Surge a través de la baja de la demanda y ofrece la oportunidad de reestructurar las cadenas; además, abre la puerta para que empresas nuevas se integren y se elimine la práctica de “single source”, es decir, tener un proveedor único. Con ello, se busca evitar que se comprometa la cadena de suministro en caso de que este proveedor no pueda cumplir en tiempo y forma.

En el sector aeroespacial un avión puede llegar a tener de
4 a 6 millones de partes diferentes, lo cual significa que la
cadena de suministro es muy amplia pero es difícil estandarizar procesos.

En esta tendencia, se engloban algunos aspectos extra como logística, geopolítica, participación de otros sectores y la consideración de las materias primas y su posible escasez.

Espacio. Antes, el espacio era localizado y controlado por las grandes agencias espaciales con proyectos fondeados por el gobierno. Pero ahora existe una nueva ola llamada “New Space” que permite que las empresas puedan tomar proyectos y realizar desarrollos en construcción y fabricación de componentes tanto para satélites como para cohetes.

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Destacó que este nuevo rubro ha abierto oportunidades también para empresas mexicanas, por ejemplo, para construir piezas para los equipos que Elon Musk planea lanzar a través de SpaceX, ya que anunció que a finales de año lanzará dos Starship por semana que requieren 30 motores, lo que significa que serán ocho lanzamientos al mes que necesitarán la producción de 240 motores.

MRO (Mantenimiento, Reparación y Revisión). Con la recuperación de los niveles de tráfico de pasajeros y de carga –ante el crecimiento del e-commerce–, las naves comienzan a requerir mayor supervisión y mantenimiento para operar de manera impecable.

Desarrollo de talento. Es fundamental para que las tendencias venideras puedan aprovecharse. Por lo que es necesario contar con infraestructura adecuada además de universidades, como centros de capacitación técnica; además de fomentar el interés de las nuevas generaciones en este tipo de carreras.